El listado de lugares reconocidos como Patrimonio de la Humanidad en China difícilmente se pueda abarcar en un viaje turístico de un mes. La extensión y variedad es impresionante, aunque lógica en relación a la extensión y la dimensión de un país como China (vuelos Pekín). Hoy nos trasladamos hasta una de las cuatro montañas sagradas del budismo, el Monte Emei.
Imagen mckaysavage
El Monte Emei posee una mística innegable ayudado por el entorno y el clima: una magnífica puesta en escena de la naturaleza. El monte se eleva entre la niebla envuelto en una luz que los creyentes y peregrinos le asignan al propio buda, sobre todo cuando en forma de rayos la luz natural, logra atravesar el mando de niebla de un modo casi mágico. Sobre lo alto del Monte Emei, se encuentra el primer templo budista de China, con casi dos mil años de antigüedad, junto a numerosos monasterios.
LLama la atención el modo en que muchos de los monasterios se adaptan al terreno, en forma de terrazas o sobre pilares. Así, recorrer el Monte Emei, y ascenderlo, nos llevará a descubrir a cada paso magníficas postales. Incluso, programar un ascenso al amanecer resulta un espectáculo imperdible: desde lo alto, un manto de nubes simulará un mar que cubre todo el territorio.
La excursión del Monte Emei, de realizarse de un modo exhaustivo, requiere bastante tiempo. De hecho, los monasterios suman decenas y se extienden a lo largo de 50 kilómetros. Aunque existe un teleférico que nos ahorra la travesía hasta llegar a 3000 metros de altura, desde donde tendremos aún una hora hasta el pico de la montaña. En cualquier parte del recorrido, nos acompañarán decenas de monos que están demasiado acostumbrado a alimentarse de los turistas. Será el detalle que hará más especial el paseo.
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